Por:
Camilo Vergara.
Investigador Postdoctoral MEMAT.
Las y los educadores de párvulos cumplen un rol fundamental guiando el desarrollo de ideas y habilidades científicas y matemáticas de niños y niñas: son orquestadoras que se desenvuelven en la clase bajo enfoques diversos que abarcan desde el juego, libre o guiado, hasta la realización de actividades más dirigidas. La elección de uno u otro enfoque responde a las necesidades de la clase, los requerimientos curriculares, y las ideas de qué y cómo la clase debería realizarse para lograr la consecución de los objetivos de aprendizaje. Así, las concepciones que tienen las y los educadores sobre qué y cómo trabajar ciencias y matemática repercuten directamente en cómo median el aprendizaje de los objetivos curriculares por parte de niños y niñas.
Las bases curriculares curriculares de educación parvularia invitan a las y los educadores a ver el trabajo de los núcleos de exploración del entorno natural y pensamiento matemático desde una óptica rica, orientada al desarrollo de habilidades científicas y matemáticas. Sin embargo, estas concepciones pueden coincidir, más o menos, con una manera de trabajar ciencias y matemática de acuerdo con dichos núcleos. Por ejemplo, en una visión frecuente para trabajar la matemática predominan los ejercicios de aritmética representando números con distintos objetos; y en el caso de las ciencias, se puede pensar trabajarlas de manera aislada del entorno natural, a partir de la observación de imágenes de árboles, plantas, animales, etc. Por el contrario, en concepciones más cercanas a lo mencionado en el núcleo de pensamiento matemático, la aritmética no es protagonista, relevando habilidades como la identificación y creación de patrones, o la utilización de las habilidades matemáticas (p. ej. comparar, clasificar, organizar, cuantificar y ordenar, comunicar, representar, observar, medir y buscar de información) como un medio para abordar situaciones cotidianas, tales como el ir a un supermercado o cocinar. Mientras que concepciones más cercanas al núcleo de exploración del entorno natural, se promueve la exploración de la naturaleza, y no sólo a través de los sentidos, sino que a través de herramientas que pueden facilitar la participación de niños y niñas en prácticas como la de indagación guiada.
Las concepciones que una futura o futuro educador tiene sobre las ciencias y la matemática tienen consecuencias en cómo diseñará actividades de aprendizaje para estas disciplinas, porque anticipan posibles futuras prácticas en el aula. En un futuro, su rol será elegir y administrar herramientas que serán la concreción de sus propias ideas de cómo mediar que niños y niñas trabajen los objetivos mencionados en los núcleos de aprendizaje de pensamiento matemático y exploración del entorno natural.
Muchas investigaciones sugieren que algunas ideas se hayan podido perfilar a partir de la experiencia de las y los educadores cuando fueron estudiantes. Es por esto que la formación de docentes de educación es crucial. Es en esta etapa de formación de educadores en la que se pueden abordar aquellas ideas de qué y cómo trabajar ciencias y matemática que son resultado de haber participado de clases transmisivas, haciendo que transiten hacia otras que puedan orientar sus futuras prácticas para estar alineadas con los respectivos núcleos de aprendizaje.
En resumen, reflexionar y abordar las propias concepciones de qué y cómo trabajar las ciencias y la matemática es un ejercicio particularmente fructífero para las y los educadores de párvulos, tanto presentes como futuros, siendo primordial para promover que niños y niñas logren aprendizajes alineados con una mirada renovada de estas disciplinas y concordante con los objetivos curriculares. Además, esto también involucra el establecer una base sólida sobre la cual niños y niñas perfeccionarán sus habilidades a lo largo de la escolaridad.
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