Teaching vocabulary explicitly could promote mathematics learning

Por: Katherine Strasser
Investigadora Principal MEMAT

Resumen

Este policy brief resume los hallazgos y analiza las implicancias de dos estudios sobre vocabulario y matemáticas realizados en estudiantes chilenos de primer ciclo básico. El estudio de Strasser et al. (2024) identificó las palabras más frecuentes en los materiales curriculares que utilizan los docentes de primer ciclo básico para enseñar matemáticas, y evaluó el conocimiento de estas palabras en una muestra pequeña de estudiantes chilenos. El estudio de Susperreguy et al., (2024) estableció la relación entre el vocabulario matemático que conocían los estudiantes en segundo y tercero básico y su aprendizaje matemático en tercero básico. En conjunto con evidencia internacional previa sobre el rol del lenguaje, y en especial del vocabulario, en el aprendizaje de otras asignaturas, estos dos estudios ofrecen argumentos de peso para incentivar al cuerpo docente a enseñar palabras matemáticas en forma explícita antes y durante la enseñanza de conceptos y procedimientos matemáticos del currículum chileno.

Principales hallazgos

  1. Las matemáticas que se enseñan en el primer ciclo básico requieren conocer y usar una gran cantidad de palabras específicas. El estudio de Strasser et al. (2024) encontró que las guías, evaluaciones, y textos de matemáticas de segundo y tercero básico tienen una gran cantidad de vocabulario matemático. En los 171 materiales de segundo básico y 261 de tercero revisados, las autoras identificaron 160 y 212 palabras matemáticas únicas -respectivamente- que eran necesarias para comprender un concepto, un procedimiento, o las instrucciones de una evaluación o ejercicio. Algunos ejemplos son adición, descomponer, medición, producto, secuencia, unidad, cara, longitud, calcular. Además, Strasser et al. (2024) encontraron muchas palabras que tenían un significado diferente en la vida cotidiana y en el currículo. Por ejemplo, colección, producto y reserva. El uso cotidiano de estas palabras puede inducir a error, y por ende es recomendable que se enseñen en forma directa.
  2. Algunos errores en la comprensión del vocabulario matemático podrían mitigarse con enseñanza explícita. En las pruebas que realizaron Strasser et al. (2024) se observaron algunos errores relacionados con la forma en que se enseñan las palabras. Por ejemplo, al pedirles que definieran “centena”, aproximadamente un quinto de los 78 estudiantes evaluados exhibió un conocimiento muy apegado a la forma de usar la palabra en los materiales, como la posición del dígito (“es el número que va primero”; “un número de tres dígitos”); a una operatoria específica (“si al poner un número en la decena le queda 0, le pedimos a la centena y la decena queda en 1”); o a una ayuda visual (“son las barritas de cien cubos”). Es posible que una enseñanza más explícita y directa de la palabra en sí, no sólo de la operatoria o concepto en que se inserta, pueda promover una comprensión más flexible y generalizable del significado de las palabras.
  3. El nivel de vocabulario matemático contribuye al rendimiento y aprendizaje en esa asignatura. En el estudio de Strasser et al. (2024), el conocimiento de las palabras matemáticas presente en los materiales de segundo y tercero básico correlacionó significativamente con una prueba de desempeño matemático independiente administrada por los colegios donde se realizó el estudio. A su vez, en el estudio de Susperreguy et al. (2024) una prueba de vocabulario matemático desarrollada en otro país y adaptada en Chile, no sólo predijo el rendimiento de estudiantes de segundo básico en pruebas estandarizadas de desempeño matemático, sino que también predijo el crecimiento en dos de esas evaluaciones entre segundo y tercero básico, luego de controlar por el vocabulario general de los estudiantes y la memoria de trabajo. Esto fue el caso para las pruebas que requerían más uso de lenguaje (cálculo y resolución de problemas).

Implicaciones para la política Educativa

Implicancias para la Política Educativa

  1. Promover el desarrollo lingüístico es esencial para el aprendizaje en todas las asignaturas. Estos estudios, junto con otros estudios recientes, nos recuerdan que el conocimiento humano es construido en gran parte a través del lenguaje. Un buen desarrollo del lenguaje oral y escrito -incluyendo el vocabulario- es indispensable para que los estudiantes se beneficien de la enseñanza escolar.
  2. El cuerpo docente debe promover una adecuada comprensión de las palabras matemáticas. Las palabras matemáticas deben enseñarse en forma directa, repetida, específica y en diferentes contextos. La evidencia de muchos otros estudios muestra que cuando los estudiantes son simplemente expuestos a palabras sofisticadas, sólo los más aventajados las pueden aprender en forma incidental a partir del contexto, pero que los estudiantes con habilidades lingüísticas más débiles tienen dificultad en construir el significado en forma autónoma, y requieren enseñanza directa y explícita por parte de un adulto. La recomendación es que los y las docentes expliquen en forma directa e intencionada las palabras que serán esenciales para cada unidad del currículo matemático que van a enseñar.
  3. El cuerpo docente debe recibir orientaciones sobre cuáles palabras enseñar. Para enseñar palabras de forma eficaz y que impacte en el aprendizaje matemático, el cuerpo docente requiere saber qué palabras son críticas para cada aprendizaje. Esta selección puede realizarse por frecuencia (las palabras que aparecen más en las guías, textos y evaluaciones) y también con el juicio de docentes expertos acerca de la centralidad de cada palabra para ciertos aprendizajes. Usar el vocabulario específico para referirse a conceptos y procedimientos matemáticos es central para promover el aprendizaje de los estudiantes.

Conclusión

Estos dos estudios destacan la importancia del lenguaje -y específicamente del vocabulario matemático- para el desarrollo del pensamiento matemático y el desempeño matemático en la escuela. Sus implicancias se relacionan con la enseñanza directa de las palabras críticas para favorecer el aprendizaje de los estudiantes. 

Referencias

Strasser, K. & Zamora Mansilla, R. (2024). Vocabulario Crítico para Recuperación y Aceleración de Aprendizajes en Ciencias y Matemáticas en 2° y 3° Básico. Calidad en la Educación, 60, 29-61. https://doi.org/10.31619/caledu.n60.1459 

Susperreguy, M. I., Burr, S. M. D., Xu, C., Douglas, H. P., Bourque, T., del Río, M. F., Salinas, V., LeFevre, J. (2024). The role of mathematical vocabulary in the development of mathematical skills for Spanish-speaking students. Cognitive Development, 70, 101441. https://doi.org/10.1016/j.cogdev.2024.101441