Susana Claro
Desde 1860 la Ley General de Instrucción Primaria estableció que la educación básica o elemental debía cubrir lectura y escritura, aritmética y religión. Un objetivo acotado que, un siglo y medio después, aún no alcanzamos. Antes de la pandemia, más de la mitad de estudiantes terminaban el primer ciclo de educación básica sin habilidades lectoras. Después de casi dos años sin clases presenciales, ¿cómo abordar un desafío que no hemos alcanzado en 163 años?