Por: Catalina Muñoz
Estudiante de Magister MEMAT
Abordando la Ansiedad Matemática: Explorando Nuevas Perspectivas de Intervención
¿Cuál es el motivo detrás de que estudiantes con un rendimiento destacado en matemáticas a menudo experimenten sentimientos de incompetencia o eviten tareas que involucran razonamiento numérico? La actitud de los estudiantes frente a los procesos de aprendizaje no solo influye en el rendimiento académico, sino también en cómo el estudiante se vincula afectivamente con el proceso escolar. Algunos componentes de la actitud son la motivación, la autopercepción y, específicamente en la asignatura de matemáticas, la ansiedad matemática.
¿Qué es la ansiedad matemática?
La ansiedad matemática (AM) se define como un estado de tensión o una respuesta emocional negativa frente a problemáticas numéricas y/o aritméticas. Se experimenta nerviosismo y miedo a no ser capaz de cumplir una tarea, lo cual interfiere en el rendimiento académico, asociándose de manera negativa con este. Las personas que tienen ansiedad por las matemáticas adoptan conductas que las llevan a evitar las situaciones donde se enfrentarían a esta disciplina, por ejemplo, toman menos cursos de matemáticas y escogen carreras con menos requisitos matemáticos.
Intervenciones en Ansiedad Matemática
En general, las intervenciones en AM han estado enfocadas a estudiantes de segundo ciclo básico, educación media y superior, siendo las más comunes las basadas en técnicas de relajación, tutorías de pares, desensibilización sistemática, o programas computacionales. Pese a que la mayoría de estas intervenciones ha demostrado tener efectos positivos tanto en la disminución de la AM como en el rendimiento académico, las intervenciones cuya eficacia se ha evaluado en edades tempranas para la reducción de la AM son muy escasas. La literatura y la experiencia sugiere que mientras más precoces sean las intervenciones, mejor resultado podremos esperar para el desarrollo de las habilidades matemáticas.
Recientes estudios sugieren que la implementación de actividades pedagógicas con un enfoque lúdico y motriz en la asignatura de matemáticas tendría un impacto beneficioso tanto en la capacidad para aprender como en la salud física y mental de las y los estudiantes al crear un ambiente atractivo y motivador para el aprendizaje. El aprendizaje a través del juego brinda un ambiente donde las y los estudiantes tienen la libertad de fallar y donde los errores no tienen consecuencias negativas, lo que se asocia con altos índices de motivación y disfrute. De esta manera, el aprendizaje lúdico puede aumentar el involucramiento de las y los estudiantes en el proceso de aprendizaje al aumentar la motivación y el compromiso con las tareas académicas
Algunos mecanismos por los cuales el juego puede tener un impacto en el aprendizaje y el desarrollo cognitivo de las y los estudiantes son la mejora en la atención selectiva, la memoria a corto plazo y de trabajo, el fomento a la exploración y la resolución de tareas, y la activación de la curiosidad. Además, impulsa el desarrollo socioemocional de las y los estudiantes, ya que el juego fomenta el despliegue de diversas estrategias sociales, tales como la gestión de sensaciones emergentes y el desarrollo de la responsabilidad y autonomía, promueve la empatía, la cooperación y la interacción social positiva.
Se ha examinado el impacto del juego en la AM, y se encontró una disminución significativa en la AM. Además, el aprendizaje lúdico puede aumentar la motivación y autoconfianza de los estudiantes en matemática, lo que también puede beneficiar en un mejor desempeño académico.
La implicancia de estos estudios es que, como docentes, debemos ser creativos e innovadores en usar el juego para oportunidades de aprendizaje matemático que no intimiden a las y los estudiantes, y despierten así su interés y motivación por esta disciplina. Juegos de cartas, de mesa, deportivos, colectivo o individuales que incluyen números o cálculos pueden ser contextos donde el docente puede resaltar principios matemáticos y desarrollar habilidades sin gatillar temor y ansiedad en estudiantes que pueden no sentirse eficaces en esta área.
¡A jugar!
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