Por: Yovanna Galaz
Estudiante de Doctorado MEMAT
Sabemos que el aprendizaje matemático inicial impacta fuertemente en el desempeño matemático posterior, e incluso en el éxito laboral futuro, y dada su importancia debemos propiciar variadas experiencias en donde se pueden desarrollar este tipo de habilidades.
Las habilidades matemáticas se pueden desarrollar en base a dos tipos de experiencias principalmente: la enseñanza formal e intencionada, como la que ocurre principalmente en escuelas o jardines infantiles, y la otra, el aprendizaje en contextos informales como el hogar.
Aunque el aprendizaje matemático informal que ocurre en el hogar puede llegar a ser muy significativo, no todas las madres, padres y/o cuidadores se sienten capaces de promoverlo o apoyarlo. Por ello, dejamos algunas formas sencillas de hacerlo y tips para saber en qué enfocarse:
- Observa a la niña o niño en los momentos en que juega libremente, para saber cuándo apoyarlo. Por ejemplo: si está contando sus juguetes y notas que se salta un número de la secuencia numérica, puedes intervenir y preguntar si pueden volver a contar juntos, así podrás poder énfasis en el número que ha olvidado y trabajar el aprendizaje adecuado de la secuencia numérica.
- Apoya a la niña o niño sólo con lo que no puede hacer por sí solo, de esta forma se sentirá seguro de seguir explorando ciertas posibilidades. Si el adulto ofrece ayuda cuando no es requerida, podría transmitir una idea errada de que no confían en la habilidad de la niña o niño. Por ejemplo: si no logra encontrar la figura adecuada para un juego se ensarte/encaje y se siente frustrada/o, apoya conteniendo, luego modela cómo podría hacerlo: contando los lados, visualizando cuál de los espacios es el adecuado y probando si es el indicado o no. Finalmente invítala/o a intentarlo por sí misma/o con otra figura.
- Expande sus experiencias a otras dimensiones con nuevos conceptos o palabras. Por ejemplo: si la niña o el niño está jugando con figuras y dice “la que tiene esta forma”, puedes ampliar la experiencia señalando “ahh la que tiene la forma ovalada”. Asimismo, puedes expandir los conocimientos del niño o niña mostrando aspectos que no habían visualizado. Por ejemplo, si la niña o niño señala “este es un cuadrado porque tiene cuatro lados”, tú al respecto puedes mencionar “¿y el rectángulo cuántos lados tiene? ¿cómo podemos saber si es un cuadrado o un rectángulo?”
Estas ideas de cómo fomentar habilidades matemáticas a temprana edad pueden expandirse a conversaciones diarias, juegos de mesa e incluso actividades cotidianas como ordenar sus juguetes, poner los cubiertos en la mesa para almorzar, o ir de compras. Lo más importante es tener en cuenta que desde nuestro rol de adulto siempre debemos estar observando lo que hacen nuestras niñas o niños, apoyándolos en su proceso y expandiendo cualquier experiencia para un aprendizaje significativo.
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